Soy oriundo de Alicante. La importancia de este hecho para mí es que estoy orgulloso de ser oriundo de uno de los últimos reductos rojos, justo antes de finalizar la Guerra Civil, donde entraron los nacionales incluso después de tomar Madrid.
Mis dos abuelos hicieron la Guerra en el Ejército Regular Republicano. Nunca he sabido con certeza si fueron voluntarios o forzados a ello, si tenían algún tipo de ideal político que les llevara a alistarse por éste y no por el otro bando; aunque en esta decisión, sin duda, debió pesar mucho el que la revuelta inicial en el 36 fuera rápidamente sofocada en todo el Levante, y supongo que las circunstancias sociales que se vivían, de algún modo les invitaron a tomarla. Hacia el final de la Guerra mis dos abuelos, sin duda motivados por la voluntad de salvar el pellejo propio y el de los suyos, desertaron y se pasaron al otro bando. De algún modo, gracias a esa decisión posiblemente hoy estoy yo aquí, si no mi destino sería bien diferente, o simplemente no existiría.
Siendo yo pequeño, el tema era tabú en casa, pero si alguna vez era tratado, la versión era que los Rojos eran malos malísimos, y Franco el salvador. Mis abuelos fallecieron hace más de diez años, así la cuestión dejó de ser tema de conversación. Pero según te haces mayor (y ya voy hacia la cuarentena), analizas, lees, atas cabos, y en cierta manera crees entender lo que se hablaba y se callaba en el ámbito familiar, el por qué se decía o no se decía y al final piensas que les debes mucho a mucha gente.
En la zona de Alicante, igual que en el resto del país, el nuevo régimen victorioso realizó un importantísimo trabajo de limpieza de sangre. Al final de la guerra, un barco prisión que nunca partió del puerto de Alicante con miles de republicanos que pretendían exiliarse y en Albatera un campo de concentración fascista, dan fe de ello.
Todavía hoy en muchos pueblos de la provincia se levantan monumentos al caudillo (en Orihuela sí, la de Miguel Hernández), calles, avenidas y plazas a José Antonio o Calvo-Sotelo, y lo peor (por lo menos para mí), monumentos a los caídos por la Patria. Pero solo los de un bando. ¿Y los que lucharon en el otro? ¿Recibirían homenaje mis abuelos si hubiesen caído por la Patria?
Con la perspectiva actual, me gustaría pensar que en algún momento, mis abuelos tuvieron un ideal por el cuál se alistaron y permanecían en el bando Republicano, y era esa la patria por la que luchaban, para dar un futuro mejor a los suyos, a mis padres, y algún día a sus nietos.
Por ellos. Ojalá que lluevan chuzos de punta este fin de semana en Madrid.
¡Viva la República!
Que llueva en toda España, que se mojen los monarquiquillos que salgan a la calle, que se resfríen. Que llueva bien llovido, chuzos de punta, que se llenen los pantanos (y las carrozas).
Escrito por Mostaza de Canela a las 19 de Mayo 2004 a las 09:51 AMMe parece que los hados están de parte del "bien", y mañana todo apunta a que las pamelas se les mojará a alguna.
Un detalle que he podido apreciar. Madrid está engalanada como muy hortera y en colores rojo, amarillo y lila. ¿Seguro que el estilista no es también un poco anti-monárquico?