Ayer fue una noche memorable para los amantes del Bhangra. Su rey cantó y bailó durante 2 horas ininterrumpidamente para un público variopinto, ancianos y personas de mediana edad sentados enfrente de él y en los laterales niños y jóvenes intentando bailar sus ritmos originarios del Punjab, aprendidos a través de los Bollywood como "La Boda del Monzón" y "Quiero ser como Beckam" y del nuevo anuncio de CocaCola.
El kitsch inundó la Plaça de la Vila de Vilanova i la Geltrú, contagiando a todas las personas que allí estábamos.
Hoy no me aguanto de sueño pero mis hombros todavía se están moviendo con la música que no para de sonar en mi cabeza.